Uno de mis primeros retratos
Cuando recién empezaba a retratar mascotas, uno de los primeros encargos que tuve fue del retrato de la hermosa Inca. Su familia quiso tener un recuerdo especial, ya que ella había partido recientemente, luego de muchos años compartidos. Debo confesar que fue todo un desafío pintarla en ese entonces, ya que su pelaje presentaba muchísimos colores y detalles, que me resultaron abrumadores y no estaba segura de cómo recrearlos. A pesar de eso, como siempre, ¡hice mi mejor esfuerzo!
PINTANDO A INCA POR SEGUNDA VEZ
Ellos me contactaron nuevamente luego de dos años, para hacer el encargo del retrato de otra perrita que los acompañó tiempo después, Killa. Lo cierto es que mi técnica había cambiado muchísimo desde el primer encargo que me hicieron, por lo que pensé que el nuevo cuadro, junto al anterior, tendría un estilo totalmente distinto. ¡Fue entonces que decidimos hacer el retrato de Inca por segunda vez!
Mi primer retrato de Inca, 2020.
Mi segundo retrato de Inca, 2022.
COMPARANDO AMBOS RETRATOS
¡Pintar nuevamente su retrato fue algo que disfruté muchísimo! Sobre todo, porque me permitió ver en concreto los avances de mi técnica con el pincel, aplicando todo lo que aprendí en estos últimos dos años, tanto en la paleta de colores, como en el nivel de detalles, y por supuesto, la expresión final lograda. ¡Comparado con la primera vez, sentí una total seguridad al encarar cada parte del proceso! Es muy satisfactorio haber alcanzado este nivel de realismo, y seguir trabajando cada día para mejorar aún más.